Cuando es una belleza afroamericana, te conoce, de nariz a nariz, te mira hacia adelante y hacia atrás, y decide darte una cabeza experta, usando sus manos y boca para complacerte. La garganta profunda es su juego y toma cada pulgada sin siquiera inmutarse. Tal vez esta diosa de ébano sabe cómo chupar una polla.