En la última subida de la Mistress Alessandra Marques, le da a su esclavo de pies un tratamiento silencioso para hacerle lamer sus zapatos y dedos. Él lo hace, metiéndose profundamente en la sumisión, el orgasmo y sintiendo dolor como su devoto esclavo de pies. Una actuación sensual del juego y la negación del fetiche BDSM de pies.