Comienzan a apasionarse en el baño pero saltan al balcón para continuar su sesión de calor. El riesgo de ser vistos en público añade más a su disfrute, y mucho menos al hecho de estar desnudos y en los brazos del otro acariciándose sin querer. No beneficia a nadie violar estas normas y leyes, simplemente tienen que ser excedidos.